martes, 1 de marzo de 2011

LOS PEQUEÑOS GRANDES INVENTOS

celebro los inventos,
la ingeniería humana la artesanía,
admiro al que inventó la cama de dos plazas
al que inventó la almohada
el inodoro
el lápiz la birome y la libretita de bolsillo para el poeta

celebro al inventor y al perfeccionador
del mate amargo con bombilla
al que inventó las bolitas de vidrio
la pelota,
la tiza, el pizarrón,
el chupetín paleta el barrilete
los globos de cumpleaños
la bicicleta

un genio el que inventó el escarbadientes de madera
el broche,
el ojal para el botón o el botón para el ojal

admiro
al inventor de la lectura para ciegos
al que inventó el lenguaje de señas para sordos
al que inventó el bastón,
las muletas la silla de ruedas
el pañuelo de manos
los anteojos

yo solamente estrofo dolor o sueños
pongo o saco palabras
las cambio de lugar en la oración
las sopeso les busco otros sentidos,
otras respiraciones en el verso,
las abandono más temprano que tarde
en medios gráficos, en internet,
o en los cajones del silencio autoral

admiro a los que inventaron el piano
el violín la guitarra
no la metralla no los bombarderos

celebro a las que inventaron el pan
la empanada la pizza los tallarines
el sombrero las medias la milanesa

admiro los pequeños grandes inventos
que todo el mundo usa sin mencionar autor
la canilla del agua
el cable que lleva electricidad
la canoa el avión el salvavidas
el moisés y el sonajero para el bebé

con este oficio mío tan poco práctico
busco los ojos busco el corazón
la entraña el alma de alguien

no sé servir a la convivencia
más allá de escandidos borradores

yo no he inventado nada
yo nada he descubierto
no he levantado casa con mis manos
ni fabriqué juguete para niños,
no sé ni andar a pie

y le pongo mi nombre y apellido
a casi todo lo que escribo y muestro
obsesionado,
como si eso me pudiera perpetuar

menos mal que otros hacen cosas con las cosas.

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