No... no te puedes enfrentar a una vida desde la misma perspectiva que venías trayendo; eso nunca te sirvió.
La
muerte ya sea de un miembro físico, de un ser querido o de un animal,
indica un inicio de un algo nuevo... las muertes en masa, las muertes
geográficas, siempre nos dan dos grandes oportunidades, seguir contigo o
ir en contra de ti.
Yo me rendí (entiéndase rendir por aceptar y hacer frente) ante el sufrimiento, y fui/sigo conmigo.
Yo
sufrí y aún siento mucho dolor físico/emocional, y como me han dicho
los médicos, nunca van a dejar de doler las partes que faltan, ni las
cosas pasadas, ni la cicatrices.
Hoy,
hoy me siento río. Y digo eso porque es esa la sensación de fluidez que
me embarga; todos esos dolores físicos y emocionales que sentí me han
llevado -casi por una cuestión de supervivencia- a fluir.
La muerte me ha servido para vivir. En el momento en el que me morí, de ese preciso momento tengo un gran recuerdo, una opción: "¿Te quedas?"
Sentí la emoción al realizar un dibujo, una fotografía, al bailar
descocadamente mientras pinto; sentí el pasto sosteniendo mi cuerpo
mientras me recuesto bajo el sol; viví la greda en mis manos; sentí la
tierra mojada bajo mis pies; un atardecer, risas mientras camino entre
el viento... "¿Te vas?".... Recuerdo el alivio de ser uno con todo...
Opté por vivir, y fueron las sensaciones de todo lo que amo lo que me hizo aferrarme a este cuerpo y luchar por su regeneración.
Hoy mi vida no es la misma de hace 9 meses atrás, las sensaciones (todas ellas) son infinitamente más intensas.
Leía
el caso de Christina, una mujer que a los veinte años vivió una
explosión que la dejó irreconocible. Su vida después de aquello y sus
relatos me han hecho vomitar, sensaciones y emociones...
"Todas las estructuras son inestables", eso decía en un cartel de un edificio antiguo. El espacio que hay en uno es eterno.
Yo lo sé, porque lo sentí, porque lo vi y porque es lo que me mantuvo con vida.
Es lo que me ha hecho vivir.